El Pesebre (Nacimiento) y el corazon [Saludo de Navidad]

Para esta Navidad, quienes creemos y celebramos el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, el Niño Dios, por lo general  escuchamos frases como: “Permite que el Señor nazca en tu corazón” y una serie de exhortaciones y/o deseos que apuntan a lo mismo.

Y siempre me he preguntado, o mejor he reparado, ¿Pero cómo hago eso? En ocasiones expresiones de ese tipo exasperan y casi que suenan a una “frase de cajón”.

Permite que este año el Niño Dios nazca en tu corazón.  ¿Y Cómo hago eso? Pienso que la forma más correcta de “Permitir que Jesús nazca en nuestros corazones” es esforzándose en abrirle un espacio en el corazón. Esta realidad celebrada del Niño Dios, nos muestra aquel Dios tierno, frágil, que busca refugio y abrigo aunque siempre respetuoso.

Si pudiéramos imaginar que el pesebre de este año no es el que está en algún lugar de nuestras casas, sino que es en verdad nuestro corazón. ¿Cómo debe ser nuestro corazón para recibirlo? ¿Cómo está el pesebre de nuestra casa? Bonito, adornado, agradable, en un sitio privilegiado, etc.  Pues eso, así debemos procurar disponer nuestro corazón.

Vuelvo entonces a la pregunta ¿Cómo? No es tan fácil como organizar el pesebre, ciertamente. “Organizar” nuestro corazón de tal forma que se parezca al pesebre que construimos en nuestras casas es mucho más dispendioso.

Se me ocurren, varias cosas.

-          Oración sincera: Desear verdaderamente, sentir la necesidad de hospedar tan bella Persona dentro de nosotros, pedir con insistencia, con humildad y con cariño, que El nazca en nosotros y acompañe nuestros días.

-          Abrirle un espacio a El: Es decir, disponer el sitio, ofreciendo un cambio en una actitud o postura de nuestro corazón que reconozcamos sería indigna para su presencia en nuestra casa. Revisar nuestra vida, nuestro pecado dominante, la dificultad más marcada y realizar con el mismo amor conque pedimos que habite en nosotros el esfuerzo de cambio.

-          Pedir ayuda para realizar ese cambio concreto de actitud: Nosotros con nuestras propias fuerzas no podemos solos, debemos ser lo suficientemente realistas y humildes para darnos cuenta de esta realidad. Pues bien, tener el coraje de pedir ayuda, de pedir la Gracia de Dios, para que con nuestro sincero esfuerzo, su ayuda y su misericordia expresada en el sacramento de la Reconciliación, nuestro corazón sea un lugar más digno.

Conseguir adornar nuestro pesebre para Dios, es más difícil, para el pesebre de la casa solo necesitamos de nosotros mismos, de obtener los medios y los recursos, pero para construir un corazón bonito para el Niño Dios, necesitamos de nuestros recursos y de los medios de Dios, especialmente su Gracia.

El deseo más profundo de mi corazón es que esta Navidad sea eso para mí y para ti querido amigo. Y como la Navidad se repite cada año gracias a Dios, tendremos si El así lo permite varias Navidades para cada año ir puliendo nuestra casa, para que cada año sea más digna de tan bello, bendito, adorado y anhelado huésped. Porque la aspiración más sublime del ser humano es ser cada día ser mejores y nuestro modelo es Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre.

La paz de Cristo Jesús nos acompañe.

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