UN POST UN TANTO ENRREDADO...



Para mi sobrino eso de perder su primer diente fue un suceso, estaba con su madre de visita en casa y me ha pedido que le tome la foto.

Para un adulto la "simple" pérdida de un diente de un niño podría pasar desapercibido, desafortunadamente disipamos nuestra capacidad de asombro y de acompañamiento de paso,  pero para un niño de seis años es un acontecimiento muy importante o por lo menos preocupante y nuevo. ¿Y es que a caso no lo es?  Preguntas surgen:  Duele mucho, me sale sangre, cómo me lo quito y puedo ver dónde viene el otro diente?

Estos sobrinos, cuando están conmigo cerca, tienen la extraña costumbre de ponerme en aprietos y tuve que acompañar al muchacho con esto del diente (más bonito) y como a mi me dolían los dientes de niña, supuse que si dolía un poquito por lo menos, pero Oh!, que mi sobrino me ha dicho:  "Tía no me vuelvas a decir mentiras, no duele, solo sale un poquito de sangre."

Y es que las experiencias de todos son diferentes.  Existen cosas que a unos  nos duelen y a otros no.  Para cosas más profundas de la vida ocurre lo mismo.  Es difícli medir el dolor que los acontecimientos de la vida producen en cada persona.

Al fijarnos en el dolor f'ísico: Cómo medir el dolor que siente un enfermo de cáncer, o el dolor de una persona con artrosis o esclerosis múltiple?  Esos son solo ejemplos de dolores físicos.

Que sensación de impotencia tan grande la que uno experimenta al ver el dolor físico en otro y no poder hacer nada.

Y si no hablara solamente del dolor físico?


PD: Esta entrada resultó un tanto enredada, pero como dice el Chavo: "La idea es esa".  La idea de un blog, es escribir. ¿No?  No importa que resulte un poco así.

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