DIOS MIO, DIOS MIO...
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¿ Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?
(Salmo 22:1)
Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: eli, eli, ¿Lema sabactani? esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
(Mateo 27:46)
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