Tobit y el excremento que cayo en sus ojos

Tobit era un buen hombre, estuvo desterrado en Asiria y un rey muy malo perseguía a su pueblo y el recogía los cadáveres de sus paisanos y los sepultaba por la noche, estaba casado con Ana y tenían un hijo llamado Tobías, en una de esas gente de su mismo pueblo le avisaron al rey que Tobit había dado sepultura a varios y el rey lo persiguió, le quitaron todo y tuvo que salir de Nínive donde vivía.


Luego de cuatro años pudo volver y recuperó a su familia, en una comida de lo que hoy llamamos pentecostés antes fiesta de las semanas [fiesta judía que no sé en qué consiste], Tobit dijo a su hijo Tobias que fuera a buscar un judío pobre para invitarlo a comer, pero pronto volvió Tobias apurado a avisar a su padre que en la plaza asesinaron a alguien.  Tobít no comió y fue y rescató el cadáver y por la noche lo enterró y sus paisanos se burlaban de el, porque seguía haciendo eso a pesar de lo que había sufrido.


El hecho es que esa noche Tobit luego de enterrar al muerto estaba muy agotado, llegó a casa y se lavó y se acostó afuera junto a una pared  y con la cabeza descubierta porque estaba haciendo mucho calor.  Ignoraba que en la tapia que estaba justo encima de el habían unos pájaros, estos animalitos dejaron caer excrementos sobre los ojos de Tobit, quien tuvo que recurrir a médicos pero finalmente quedó ciego. Su esposa Ana se dedicó a trabajar y un familiar de Tobias lo cuidó dos años. Un día tuvo una discusión con su esposa, y él se puso muy triste, lloró y en su oración dijo a Dios: “Trátame como mejor te parezca. manda que me quiten la vida, para que yo desaparezca de este mundo y me convierta en tierra. Prefiero morir a seguir viviendo. He tenido que aguantar injurias y calumnias, y tengo una gran pena. ¡Señor, líbrame de esta angustia! Déjame ir al lugar del eterno descanso.  Señor, no me vuelvas la espalda.  Prefiero morir a pasar tantas angustias en mi vida y tener que escuchar tantos insultos” (Tobit 3, 6)


Si quieres saber los por menores de esta historia ve al libro de Tobit o Tobías, según la Biblia que tengas, yo omito detalles y me quedo aquí, porque justo a este punto quería llegar. 


Fueron tantas cosas las que tuvo que vivir Tobit hasta que llegó al punto que ese accidente del excremento y esa discusión boba con su esposa Ana fueron la gota de agua que rebosó el vaso.  Igualito a la vida,  ¿no?, y es que así son las cosas.  Tobit se deseó la muerte, hoy en día diríamos que estaba “deprimido” y/o que sufría de “estrés crónico” que sé yo.  Y existen acontecimientos como esos “accidentes bobos” o esas “discusiones tontas”, sucesos que no logramos entender y antes los cuales nos quedamos ciegos, que nos llevan a esos límites, nótese que Tobit no reprochó ni por el accidente del excremento, ni por la discusión con su esposa. Pero esos hechos lograron afectarlo y a quien no, que te caiga popo de ave en los ojos y te quedes ciego y que discutas con tu familia, eso desestabiliza a cualquiera.


Tobías había podido tomar medidas por su cuenta, pero a pesar de su “depresión” no lo hizo y eso solo lo puede hacer un hombre temeroso y conocedor del amor de Dios y ese conocimiento de Dios se inicia desde la infancia y la juventud. Nosotros podemos perfectamente llegar a esos límites pero lo que sostuvo a Tobías fue la fe y si, se deseó la muerte, pero no tomó la vida en sus manos.

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