CARTA DE DESPEDIDA... Carta que un joven homosexual entregó a su psico-orientador tres días antes de suicidarse para que se la entregará a sus padres.

Fuente: http://elamornuncaterminara.blogspot.com/2009/09/carta-de-despedida.html
Queridos papás:

Por fin se ha terminado vuestro sufrimiento y también el mío.

Lo que acabo de hacer no ha sido el producto de un momento de desesperación. Os podría decir que es algo sobre lo que he estado reflexionando durante mucho tiempo, pero ya sé que esto no cuela: yo nunca he reflexionado profundamente y menos durante mucho tiempo sobre nada. Lo que sí puedo deciros es que, de las alternativas que el azar me ofrece en este momento es quizá la menos absurda. El hecho de tomar esta decisión no ha entristecido. Al contrario, me ha causado una tranquilidad que hace tiempo que no encontraba.

No puedo deciros las razones por las que ha tomado esta decisión. Son razones muy íntimas, que sólo yo puedo comprender y que seguramente, si las conocierais, os parecería ridículas.

Lo que quiero que sepáis es que no me suicido por creer que la vida es horrible. Al contrario, pienso que en la vida hay momentos magníficos. Dentro de lo que cabe, estoy bastante contento de lo que ha sido mi vida. Creo que he vivido momentos muy intensos en los que he aprendido muchas cosas sobre mí mismo y sobre los demás. Pero veo que ha llegado el momento de acabar.

Me daría mucha pena que os sintiesen algo culpables, porque no es verdad. En esta cuestión no hay culpables ni inocentes. Yo, que si no soy lo bastante mayorcito al menos debería serlo, en uno de los momentos más lúcidos de mi vida, he tomado una decisión, que creo correcta, y que, si no a la única, a la persona que más atañe es a mí.

Tampoco me gustaría que mi suicidio os entristeciera. Pensad que lo he hecho bastante animado y que estoy contento de haber tomado esta decisión.

A mí, puestos a elegir, me gustaría que me quemaseis. Y luego, que tirarais las cenizas en la playa de X, en el trozo que hay entre el camping y X, en la orilla, un día de viento de febrero o marzo. Esto es lo que a mí me gustaría, pero no quiero obligaros a nada: vosotros haced lo que queráis o lo que podáis.

Con mis cosas (no sé qué cosas, pero las mías) haced también lo que queráis. Estará bien hecho.

Si alguien me llama, decidle la verdad. Pensó que lo mejor que podía hacer era suicidarse, y lo hizo con alegría.

Os ruego que no pongáis esquela ni nada perecido. Y que si me enterráis no pongáis mi nombre en la tumba (es algo que me horroriza porque sé que ahí no estaré yo).
Quiero agradeceros por todas las cosas que me habéis ofrecido: una casa preciosa, mis vacaciones en el extrangero, el apartamento de X (en un principio lo pasé muy bien)... Gracias también por haber intentado comprenderme, cosa que era imposible.

Si tenéis que recordarme de alguna forma, os pido que no os fabriquéis la imagen de una persona desesperada, pues es falso.

Creo que, por ahora, no tengo nada más que deciros. Cuando volvamos a vernos, todos habremos accedido mucho más a la verdad y podremos hablar desde distinta perspectiva.

A los niños, a los dos, dadles a leer esta carta y hacedles comprender que hago esto con bastante convicción y alegría. Estoy casi seguro de que, después de la muerte, seré más feliz.

Podéis pensar que soy un cobarde, que siempre se puede conseguir que las cosas cambien. Seguramente tendréis razón. De todas formas, no quiero hacer un debate en defensa del suicidio. Equivocada o acertadamente, lo he hecho. punto. No hay más que hablar.

Iba a deciros "¡Hasta pronto!", pero suena un poco cínico. Lo que sí quiero deciros es que hubo un tiempo en que os quise mucho, y ahora supongo que también.
Un abrazo emocionado para vosotros y para mis hermanos.

Juan.

Nota final de quien publicó la carta:

Esta carta me la entregó el autor tras días antes de suicidarse.
Como había hecho con otros escritos suyo, me indicó que podía hacer de ella el uso que creyese conveniente. Solamente podría dar copia de esta carta a sus apdres si, después de su muerte, yo lo creía oportuno.

Tomada de: MIRABET i MULLOL, Antoni. Homosexualidad hoy. ¿Aceptada o todavía condenada? Herder. Barcelona, 1985. Págs. 469 y 470. ISBN 84-254-1430-X

Comentarios

  1. Vaya, la verdad la carta me confunde un poco, si la vida le parecía tan bella, ¿Por qué tomar esa decisión? Siento que tal vez no quería dejar su felicidad, su esencia, y sintió que no podría vivir sin ella, prefiriendo la muerte... Ya que ha mucha intolerancia en éstas épocas todavía.

    Rodolfo. F.

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